Reino Unido: un refugio para los inversores

El Reino Unido está satisfecho de haberse mantenido al margen de la Eurozona, pues a pesar de un déficit público superior al de sus vecinos y a una deuda creciente se ha convertido en un refugio para los inversores, que aprecian sus bonos.

La tasa de interés de los bonos británicos a 10 años, barómetro de la confianza de los mercados en un país, ronda un mínimo histórico. Este lunes por la mañana, se situaba en torno al 2,25%, justo por encima de la de Alemania (1,85%), contra un 3,3% para Francia y más de un 6% para Italia.

Londres puede financiar así su deuda en las mejores condiciones posibles.

El primer ministro David Cameron ve en este fenómeno una demostración clara de la pertinencia de su política de ajuste y un reconocimiento de los mercados a su voluntad de defenderla a cualquier precio. Pero subraya también la fragilidad de la situación y advierte de que su país no saldría indemne de un naufragio de la Eurozona, con la que lleva a cabo casi la mitad de sus intercambios comerciales.

Teniendo en cuenta los datos económicos fundamentales, el estatuto actual de la deuda soberana británica es, en opinión de los expertos, ampliamente inmerecido. Según las últimas previsiones de la Comisión Europea, el déficit del Reino Unido ascenderá este año al 9,4% del Producto Interior Bruto (PIB), superior al de Grecia (8,9% de déficit). El crecimiento (0,7%) será uno de los más bajos de la Unión Europea y la deuda pública es comparable a la de Francia (84% del PIB contra 85,4%), que vive con el temor de perder su famosa ‘triple A’.

Pero el hecho de estar fuera de la Eurozona basta ahora para tranquilizar a muchos inversores. «Es un elemento clave», señaló Colin Ellis, economista jefe de la BVCA, una asociación que reúne a varias empresas de inversión. En estos tiempos difíciles, tener su propia moneda y un banco central autónomo «marca la diferencia» porque otorga un margen de maniobra del que carecen los países que dependen del Banco Central Europeo (BCE), dijo a la AFP.

Para él, el Banco de Inglaterra (BoE) desempeñó un papel determinante al comprar desde hace dos años -y por un monto de decenas de millones de libras- bonos del Estado, lo que los ha vuelto menos vulnerables a los ataques de los especuladores.

«Sin estas intervenciones del BoE, estaríamos nosotros también en una situación en la que las tasas de los bonos aumentarían con las malas noticias económicas», explicó por su parte Stephen Gallo, analista de la consultoría Schneider FX.

Otros expertos, como Philip Shaw de Investec, lo explican por la «credibilidad presupuestaria del gobierno», que se niega a dar marcha atrás en su plan de ajuste a pesar de los llamamientos a flexibilizarlo para preservar el crecimiento y el empleo. Aunque aumente el riesgo, subrayado por algunos, de llevar al país a otra recesión.

Para el conjunto de la clase política británica, la no pertenencia al euro es una baza incuestionable. El ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, comparó su creación a un «momento de locura colectiva» y el ex primer ministro laborista Tony Blair, el más pro europeo en 30 años, expresó su satisfacción de que su país no sucumbiera al «mito» de la moneda única europea.

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